EEUU afronta un recuento de votos hacia ninguna parte

 

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Dos mujeres cuentan los votos en Waterford Township (Michigan). REUTERS.

Nueva York/8 de diciembre de 2017/Publicado en bez.es

El recuento de votos solicitado por la candidata del Partido Verde, Jill Stein, en los estados de Wisconsin, Michigan y Pensilvania no cambiará el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pero la iniciativa ha conseguido abrir un debate nacional sobre los errores que acumula un sistema electoral que ha hecho que Hillary Clinton pierda las elecciones, a pesar de conseguir tres millones de votos más que Donald Trump.

El objetivo de Stein no es el de cambiar los resultados del pasado 8 de noviembre, sino comprobar si hubo algún tipo de hackeo o errores informáticos en las máquinas de votación. También poner en evidencia la injusticia de un sistema que prioriza la decisión del colegio electoral -formado por unos electores que dan el apoyo del estado al candidato con más apoyos según la demografía de los distintos distritos- frente al voto popular de una persona un voto.

Esto hizo que el triunfo de Trump se decidiera por una diferencia de tan solo 79.646 votos frente a Clinton en los estados que se someten al recuento, según los resultados recogidos por Cook Political. Los apoyos que el magnate recogió en pequeñas áreas de Michigan (17 votos electorales), Wisconsin (10) y Pensilvania (20) hicieron que arrasara en el voto electoral con 306 -del total de 270 que hacen falta para llegar a la presidencia- frente a los 232 conseguidos por Clinton.

Los tres estados suman 46 votos electorales, suficientes para inclinar el resultado a favor de Clinton, pero el primer escrutinio realizado en Wisconsin da ya cerca de 150 papeletas más al republicano de las adjudicadas en noviembre. «No estamos encontrado problemas con las máquinas», explicaba el martes Reid Magney, portavoz de la comisión electoral de este estado en declaraciones a FoxNews.

Obstáculos al recuento

La iniciativa de la líder ecologista se ha encontrado con el rechazo de Trump y de sus aliados en los tres estados. El presidente electo ha pasado de denunciar durante la campaña que el sistema estaba amañado a enfrentarse a Stein con distintos argumentos, todos ellos lanzados a través de la red social Twitter. El más enrevesado le ha llevado a afirmar, sin pruebas, que hubo irregularidades en millones de votos, pero que le perjudicaron a él. Para después añadir que si se restan esas papeletas, él habría ganado el voto popular, en el que Clinton le saca tres millones de papeletas.

Los seguidores de Trump han emprendido la vía legal para tratar de parar el recuento. El lunes, un juez federal ordenó el comienzo del escrutinio de los votos en Michigan, después de que el fiscal del estado, Bill Schuette, fiel al magnate, presentara una demanda para paralizar el proceso. En Pensilvania, un juez ha ordenado el pago de una fianza de un millón dólares adicionales al coste del recuento, que casi impide la auditoría de las papeletas en este estado, y otro ha denegado una auditoría completa a las máquinas de votación.

Pero a pesar de los obstáculos, la líder del partido ecologista está dispuesta a llegar hasta el final. «No nos rendiremos a las intimidaciones, a las maniobras legales ni a la obstrucción democrática», advirtió Stein en una rueda de prensa celebrada el lunes ante la Torre Trump. La líder ecologista ha conseguido recaudar 7,1 millones de dólares de su objetivo final de 9,5 millones para el recuento. Una cifra muy superior a los 3,5 millones que recaudó para su campaña electoral. Sus detractores le echan en cara su ánimo recaudador.

Apoyo de la campaña de Clinton

Desde que comenzó su batalla por el recuento, también son miles los ciudadanos que se han sumado a la iniciativa bajo el lema «Audit the vote» (Auditad el voto) y ha recibido el respaldo de la campaña de Hillary Clinton, a través de su consejero Marc Erik Elias. En un artículo publicado en la plataforma Médium, Erik se mostró a favor del nuevo escrutinio. Los demócratas no encontraron pruebas de piratería informática o intentos externos de alterar la tecnología electoral, pero al comenzar el primer recuento en Wisconsin dieron su apoyo al proceso.

Además de claridad del proceso, Stein reclama otros cambios como el registro automático para votar al cumplir los 18 años -en la actualidad los ciudadanos tienen que inscribirse para participar-, o que las elecciones se celebren en un día festivo y no en uno laborable como establece una ley de hace casi 200 años. “Esto no lo hago para ayudar a uno otro candidato, ni siquiera para mí misma. No voy a ganar nada. Lo hago porque los estadounidenses se merece un sistema electoral en el que confiar”, insiste Stein.

Trump ganó a Clinton en Wisconsin por 22.177 votos; en Michigan por 10.704; y en Pensilvania por 46.765. Los encargados del recuento tienen hasta el próximo 12 de diciembre para completar su auditoría y los datos finales del resultado de las elecciones se conocerán el 19 de diciembre, un mes y diez días más tarde de la noche del 8 de noviembre.

 

 

 


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