
Nueva York/19 de enero de 2017/Publicado en bez.es
Barack Obama se despidió ayer con una inusual petición de mesura a su sucesor en el cargo y con un mensaje de tranquilidad dirigido a la nación. El presidente saliente trató así de canalizar la inquietud instalada en la sociedad estadounidense por la llegada al poder de Donald Trump.
Tras la toma de posesión de mañana, Obama se tomará un tiempo de descanso para escribir, estar con su familia y «mantenerse callado», bromeó, ante los periodistas en su última rueda de prensa en la Casa Blanca.
Pero su silencio se romperá, avisó, si las decisiones que tome la Administración Trump atentan contra derechos civiles como la libertad de prensa, la igualdad de las minorías y los inmigrantes. Obama pondrá en marcha su compromiso ciudadano si ve tambalearse la democracia. Esta promesa lanzada ayer fue la misma que reclamó a los estadounidenses en su discurso de despedida del pasado 10 de enero en Chicago.
El 44º presidente de Estados Unidos decidió agotar hasta el último minuto su presidencia con esta última comparecencia, a dos días de ceder el poder al republicano. Su antecesor el cargo, George W. Bush, hizo lo mismo pero con ocho días de antelación.
Aviso a Trump
Esta aparición de última hora vino acompañada de un excepcional aviso dirigido a Trump. «Somos el chico grande del bloque», le recordó sin mencionar a su sucesor en ningún momento. Obama pidió al republicano que si va a hacer grandes cambios en las políticas de EEUU se lo piense primero.
«Nuestras acciones tienen consecuencias enormes. Es apropiado que el próximo presidente medite sus propuestas y entienda que va a haber reacciones a todo lo que haga», recomendó a su sucesor.
Obama confirmó haber mantenido largas conversaciones con Trump durante el proceso de transición, pero no se atrevió a asegurar si logró convencerle de algo. Por eso, le recomendó no gobernar solo y confió en que cambie de parecer cuando escuche a sus asesores.
El presidente saliente no reveló más detalles de sus conversaciones con el magnate. Pero su defensa de los salió en defensa de los tres pilares de la sociedad estadounidense contra los que ha disparado Trump: la prensa, los inmigrantes y las minorías.
Obama, el defensor
Obama se presentó por última vez ante la prensa y dedicó su primer homenaje de despedida a los periodistas. «América os necesita y nuestra democracia os necesita”, dijo el presidente de EEUU. La Administración Trump ha puesto en vilo el futuro de los tradicionales briefings en la sala de prensa situada en la Ala Oeste de la Casa Blanca, al asegurar que se está planteando su reubicación fuera del complejo presidencial.
Esto, unido a los ataques que el presidente electo ha dedicado en persona y a través de Twitter a los profesionales de la información, multiplicó el significado de las palabras de Obama en defensa de la libertad de prensa.
Pero Obama también alertó del peligro que algunas de las propuestas de la Administración Trump -como la deportación de 11 millones de inmigrantes ilegales- suponen para los valores fundamentales de Estados Unidos. Por este motivo, el presidente saliente llamó al futuro gobierno y a los republicanos en el Congreso a debatir nuevas propuestas, siempre que no supongan la discriminación sistemática de minorías e inmigrantes.
Entre ellas, enumeró las amenazas de deportar a los inmigrantes ilegales y a sus hijos, los conocidos como los dreamers, los intentos de silenciar a la disidencia o los impedimentos a las minorías para que puedan votar. «Somos la única democracia del mundo donde votar es más difícil que fácil», afirmó, para recordar después que esto es una herencia de la esclavitud.
Obama no se olvidó de los conflictos raciales que aún siguen presentes en la sociedad estadounidense y que podrían resurgir con la llegada de Trump al poder. «Este país ya no es un lugar de negros y blancos, también están los latinos, los asiáticos… las batallas no son las mismas», alertó. Sin embargo, la mayor preocupación del demócrata es la creciente desigualdad que ha vivido el país durante sus dos mandatos y que ha llevado a muchos a votar a Trump. «Se sentían olvidados», reconoció.
Manning y Rusia
El encuentro de Obama con la prensa estuvo marcado por su decisión, tomada el día anterior, de conmutar la pena a la exanalisa militar Chelsea Mannn¡ing, condenada a 35 años de cárcel por robar y filtrar miles de documentos a WikiLeaks. «Chelsea Manning ha cumplido ya una dura condena de prisión», defendió el presidente. El caso saltó en 2011 e hizo mundialmente famoso al fundador de la web de filtraciones, Julian Assange, cuya presunta colaboración con Rusia en la filtración de los correos de la campaña demócrata, le ha convertido de nuevo en el máximo enemigo de EEUU. Pero no de Trump.
La cordial relación que mantiene el próximo presidente de EEUU con Vladimir Putin fue objeto de análisis por parte de Obama. «Por los intereses de Estados Unidos y del mundo, necesitamos tener una buena relación con Rusia», declaró Obama, antes de alertar sobre el peligro de la postura de Trump de levantar las sanciones a Moscú a cambio de que reduzca su armamento nuclear.
Obama se despide de la Casa Blanca Obama con un índice de popularidad favorable del 63%, según la última encuesta de la cadena CNN. Su sucesor, llega al cargo como el presidente electo menos popular de los últimos 25 años, con un 40% de aprobación, según un sondeo de Gallup. Trump dijo que los mismos que hicieron estas encuestas fueron los mismos que se equivocaron durante la campaña. Su predecesor agradeció el apoyo: «Cada día he aprendido de vosotros. Me hicisteis mejor presidente y mejor hombre», dijo a los estadounidenses.